Artemisa
ABRAZO DE OTOÑO - Castañas, Ámbar y Vainilla
ABRAZO DE OTOÑO - Castañas, Ámbar y Vainilla
No se pudo cargar la disponibilidad de retiro
Las tardes se acortan y la brisa trae consigo el aroma a castañas asadas.
La suavidad del ámbar y el dulzor de la vainilla envuelven el ambiente como una manta cálida, mientras una taza de té y un buen libro invitan a refugiarse.
Abrazo de Otoño es una vela que acompaña momentos de recogimiento para saborear el silencio y el calor del hogar.



Contenido desplegable
Detalles
Al ser un recipiente hecho a mano, cada vela es una pieza única. Los tonos pueden diferir ligeramente de las imágenes, reflejando la belleza natural de lo artesanal.
Nuestras velas nacen de materias primas nobles, vegetales y sostenibles, cuidadosamente seleccionadas para honrar la naturaleza y sus ciclos.
Cada una está elaborada con intención, buscando ofrecerte un producto puro, saludable y respetuoso con el entorno.
Su cera 100% vegetal de soja, biodegradable y libre de modificación genética, su aroma envolvente y su energía sutil las convierten en aliadas para tus rituales cotidianos, acompañándote en momentos de presencia, calma o transformación.
Aportan no solo luz, sino también conexión, belleza y sentido.
Inspiradas en la alquimia de los elementos y la perfumería botánica, sus esencias han sido creadas con sensibilidad para despertar emociones, guiar el descanso y sostener espacios donde puedas recordar quién eres.
Duración aproximada 30 horas.
Medidas: 7,5 cm diametro x 7,5 cm alto.
Suscríbete y forma parte de nuestra comunidad
Una carta al mes, sin ruido, con intención
Correo electrónico
Correo electrónico
Facebook
Instagram
País/región
Portugal | EUR €
Idioma
Español
Formas de pago
© 2025, Artemisa Tecnología de Shopify
Política de privacidad
Política de reembolso
Aviso legal
Política de envío
Información de contacto
Preferencias de cookies
Cuidado y Ritual
La primera vez que enciendas tu vela, permite que la cera se derrita por completo hasta los bordes.
Este primer encendido es esencial: si lo interrumpes antes de tiempo, la vela recordará ese borde estrecho y solo quemará dentro de él, creando un túnel que apaga su magia.
Déjala arder con calma, hasta que toda su superficie se transforme en lago.
Así, su energía podrá fluir libremente en cada encendido.
Antes de volver a encenderla, recuerda recortar la mecha a unos 5 mm.
Este pequeño gesto permite una llama limpia, serena y duradera.
Evita que la cera se consuma por completo: cuando el recipiente esté casi vacío, agradece su luz y apágala.
Hazlo con un apagavelas, sin soplar. Honra su fuego sin romper su quietud.
Cada llama que enciendes es un acto de intención.
Hazlo como un ritual.